Campeón de Europa y símbolo de un fútbol colectivo renovado, el Paris Saint-Germain no se conforma. Luego de una histórica consagración en la Champions League, el conjunto dirigido por Luis Enrique quiere completar su metamorfosis con el título del Mundial de Clubes. Y lo hará aferrado a una clave que ha sido fundamental en su ascenso: la fortaleza mental. 

El sábado, en Atlanta, el PSG dio una nueva muestra de su resiliencia al vencer por 2-0 al Bayern de Múnich en los cuartos de final del torneo mundialista. Lo hizo con nueve jugadores, tras las expulsiones de Willian Pacho y Lucas Hernández, y selló el triunfo con un tanto agónico de Ousmane Dembélé. Ahora enfrentará en semifinales al Real Madrid, liderado por un viejo conocido: Kylian Mbappé.

“Ha sido un partido que nos ha sacado de la zona de confort. Mostramos carácter y compromiso”, declaró el capitán Marquinhos, quien destacó la actitud del grupo tras quedar en inferioridad numérica. “Nos dijimos que este partido era nuestro, que lo defenderíamos con uñas y dientes”.

Desde la llegada de Luis Enrique, el PSG ha dejado atrás la dependencia de sus figuras para apostar por una estructura más sólida y colectiva. El propio técnico español ha sido claro al respecto: “Podemos ganar, perder o empatar, pero nuestra actitud siempre está ahí”.

El ex DT de España, campeón de Europa con el FC Barcelona, supo moldear una identidad basada en el esfuerzo conjunto y en la solidez emocional, elementos que habían faltado en versiones anteriores del club parisino, plagadas de talento pero sin temple en momentos clave.

“La clave es nuestro entrenador”, subrayó Marquinhos. “Ha traído su filosofía, su mentalidad y nos ha preparado desde el primer día”.

De las críticas a la gloria

El camino del PSG hasta el título europeo fue exigente. En octavos de final, debió remontar ante Liverpool tras caer 1-0 en París. En la vuelta, en el imponente Anfield, el arquero Gianluigi Donnarumma fue figura en los penales, sellando una clasificación épica.

En cuartos, superaron al Arsenal con una victoria global de 3-1 y, poco después, remontaron un 0-2 contra el Dunkerque en la Copa de Francia, que acabarían ganando. En la final de Champions, firmaron una goleada histórica: 5-0 al Inter de Milán.

“No fue fácil. Hubo momentos difíciles, como cuando perdimos ante el Bayern en fase de grupos”, recordó Vincent Kompany, técnico del conjunto alemán, quien remarcó la evolución del PSG bajo la conducción de Luis Enrique.

Un desafío llamado Real Madrid

Ahora, el PSG deberá enfrentarse a su exestrella Mbappé, flamante líder del Real Madrid de Xabi Alonso. Será un duelo cargado de simbolismo y tensión. Pero si algo ha demostrado el equipo francés en los últimos meses es que está listo para competir con quien sea. 

“Somos un equipo con resistencia. Estamos preparados para competir en todo momento”, resumió Luis Enrique, convencido de que su grupo, sin grandes nombres pero con convicciones firmes, puede alcanzar la cima mundial.